Consalud.es, 30 de octubre de 2016
Desde hace unas semanas, Marina García Suárez ha asumido el cargo de presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), sustituyendo a Víctor Expósito, que presidió el organismo estudiantil durante el último año. García es la segunda mujer en presidir esta institución médica y durante su legislatura se acompañará de otras tres mujeres, más dos hombres, con el fin de defender los intereses de los estudiantes y residentes de Medicina. En declaraciones a Consalud.es, María García explica los principales retos y preocupaciones que abordará el CEEM durante el próximo año.
¿Qué retos principales os marcáis durante la legislatura?
La Asamblea del CEEM, celebrada recientemente, es vital para plantear nuestras líneas de acción futura. En ella establecimos nuestro principal reto actual: la mejora de docencia en el grado y la adquisición de competencias transversales en él, así como la adecuación del grado a las ilusiones del estudiante de Medicina o el cultivo y el cuidado por la reflexión por entender que la Medicina ha de ir más allá de las enfermedades.
Además, tenemos retos estructurales, como la apertura constante de nuevas facultades de Medicina, la mejora del sistema de formación especializado, o el desarrollo de la las prácticas clínicas, para que podamos tener una formación de calidad.
Pese a vuestras campañas, siguen anunciándose aperturas de nuevas facultades de Medicina en España, ¿crees que es posible poner freno a esta tendencia?
Tenemos claro que seguiremos haciendo llegar a la población cuál es la profundidad de la problemática de que se sigan abriendo nuevas facultades en nuestro país. Porque esto supone una agresión al sistema y hemos de intentar contener estas nuevas aperturas como sea. Y una vez lo consigamos, la idea es que se comiencen a reducir progresivamente los números clausus.
Porque aumenta el número de facultades, pero también el de alumnos que entran en la carrera y eso acaba provocando una bolsa de egresados que no podrán acceder al MIR (uno de cada siete). Entendemos que esto es una realidad extremadamente lesiva tanto para los estudiantes de Medicina como para los recursos de las administraciones, puesto que estamos formando a más médicos de los que podemos asumir, y formar a un médico cuesta unos 250.000 euros. Toda esta inversión, por tanto, no estará teniendo ningún valor si luego no pueden especializarse. Seguiremos denunciando esta problemática, para hacerla llegar al conjunto de la población, dado que desde la profesión parece que no ha sido suficiente.
¿Qué le pide al futuro Gobierno?
Le pido reflexión, capacidad de escucha activa, que interaccione como se venía haciendo con la Mesa de las Profesiones, que convocaba el Ministerio de Sanidad y que lleva sin convocarse muchos meses. Porque sólo así podremos encontrar intereses comunes para colaborar por el futuro de la Medicina y la mejora del Sistema Nacional de Salud.
¿Está de acuerdo en el adelanto de la fecha del examen MIR de cara a los próximos años, como proponen diversas organizaciones?
Los estudiantes nos oponemos al adelanto de la fecha MIR, porque las diferencias en el grado son extremadamente importantes como para producirse un cambio de este calado. Sigue habiendo convocatorias en septiembre y muchas facultades con carga teórica en su sexto año, mientras que otras tienen cargas en el último año de práctica clínica completa y realizan trabajos de investigación. Por tanto, lo que hemos de continuar intentando es conseguir una inmersión clínica precoz, reducir nuestra carga teórica y desarrollar nuestras competencias en investigación antes de acabar la carrera.
¿Tienen alguna propuesta concreta para que el actual sistema de becas no acabe perjudicando tanto a los estudiantes de Medicina?
Los estudiantes de Medicina deberíamos tener un baremo específico para las becas, como tiene otras carreras técnicas, porque nuestro grado es el que tiene mayor número de créditos, con mayor carga lectiva horaria y formativa y hemos de adecuarnos a todas estas realidades. Además, los estudiantes de Medicina suelen moverse por las diferentes facultades del Estado, y al mismo tiempo es un grado que genera costes, porque tenemos que destinar nuestro dinero a la compra de material y de indumentaria específica.
Dada la gran diferencia de precios en las matrículas y de resultados en el MIR, da la sensación de que hay Facultades de Medicina públicas de primera y de segunda, ¿cree que es así?
No podemos permitir la abismal diferencia de precios de matrículas que se producen en las diferentes comunidades autónomas, porque esto no se relaciona con los resultados que se obtienen en la formación ni en el MIR. Además, hemos de intentar trascender y superar que el MIR evalúa de forma efectiva la formación del grado, porque para nosotros debería evaluar más competencias para ser una prueba que realmente llegase a identificar a los buenos médicos.
¿Cuál es vuestra principal preocupación actual con respecto a la puesta en marcha de la Troncalidad?
Los estudiantes seguimos teniendo dudas en relación al proceso de implantación, porque la filosofía inicial de la Troncalidad nos parecía bien, pero la redacción del último borrador, que fue el que se consolidó, propone un sistema en el que por ahora no creemos. Entre nuestras principales preocupaciones está la elección única, a lo que ya se comprometió el Ministerio de Sanidad y espero que cuando se forme Gobierno se publique en el BOE.
Por otro lado, vemos que los programas no se adaptan a la actualidad del grado y forman al médico general y no al especialista. Además creemos que este proceso no pone en figura el valor de los tutores MIR, por ello defendemos que se formen para ello y al mismo tiempo que se incentive esa labora que hacen.
