Sanidad define 51 competencias para obtener el diploma de tutor MIR

Redacción Médica, 15 de febrero de 2017 El borrador enumera los conocimientos imprescindibles y los métodos para evaluarlos antes de 2019 Los tutores a examen. El Ministerio de Sanidad...

Redacción Médica, 15 de febrero de 2017

El borrador enumera los conocimientos imprescindibles y los métodos para evaluarlos antes de 2019

Los tutores a examen. El Ministerio de Sanidad ha elaborado un borrador de las bases para la propuesta del ‘diploma de Acreditación de Tutor de Formación Especializada en Ciencias de la Salud’, al que ha tenido en exclusiva Redacción Médica. El documento, que aún está en fase de valoración, resume las 51 competencias imprescindibles que deberán adquirir y demostrar a través de cuatro métodos de evaluación los tutores que pretendan formar parte del nuevo modelo de formación sanitaria especializada, con o sin troncalidad.

El borrador, que incluye la terminología del proceso de troncalidad, exige a los tutores a “conocer el programa de la Comisión Nacional de la Especialidad/Tronco correspondiente”, así como contar con la capacidad de adaptarlo a su propia Unidad Docente, por lo que “deben constar como mínimo las competencias a adquirir y desarrollar, así como los instrumentos para su evaluación”. La misma etapa donde se tendrán que diseñar y planificar las rotaciones (incluidas las externas), además de las sesiones, cursos, talleres y seminarios que deben complementar la actividad asistencial del residente.

Otras de las competencias básicas para los tutores troncales son la identificación de los mejores recursos disponibles para la formación del tronco o especialidad, fomentar el uso de modelos y simulaciones a lo largo de la residencia, y fomentar la actividad tanto docente como investigadora de los futuros especialistas. En el borrador no se pasan por alto los conocimientos vinculados con la facilitación del aprendizaje, donde se resumen en 11 competencias la guía constante sobre el MIR.

Para evaluar a los tutores troncales, el Ministerio de Sanidad ha propuesto cuatro formas de comprobar la adquisición de las 51 competencias. De esta manera, se prevé que los tutores de la troncalidad tendrán que aprobar pruebas escritas que no solo midan los conocimientos, sino también los razonamientos. A esto se suman otras fórmulas como la entrega de documentos y registros del profesional; indicios de observación (como las videograbaciones) y Feedbak de 360 grados (encuestas), incluida la autoevaluación por parte de los especialistas de profesiones sanitarias reguladas.

Evaluación de precisión

El borrador de Sanidad establece que, en el caso de las pruebas escritas, se realizarán preguntas con respuestas múltiples (recomendablemente utilizando viñetas que refieran al contexto clínico) y del ‘Script Concordance Test’ (para los razonamientos clínicos de alta complejidad). En ambos casos, se buscará demostrar el dominio por parte del tutor de los conocimientos abstractos, contextualizados, razonamientos clínicos y toma de decisiones.

En cuanto a la entrega de documentos y registros del profesional hay dos fórmulas: la documentación certificada por instituciones competentes (certificados de actividades de FC, grado de cumplimiento de estándares o cumplimiento institucional de indicadores de calidad) o la documentación generada por el propio profesional (historiales clínicos, informes de su actividad asistencial, evidencias del aprendizaje o nivel de competencia y, todo ello, acompañado o no de un proceso de reflexión).

En este sentido, la metodología busca comprobar la adquisición de aspectos como la planificación de procesos formativos; diseño de recursos e instrumentos de aprendizaje y evaluación; participación en el proceso de evaluación; toma de decisiones clínicas y seguimiento del manejo del paciente y de las actividades preventivas. Además del uso de los recursos disponibles.

La observación, por su parte, no destaca el uso del vídeo para ver al tutor desempeñarse en su ámbito laboral. Sin embargo, no es la única forma, ya que también se prevén el uso de observación directa, estructurada o en contexto simulado. Una fórmula que Sanidad considera clave para evaluar aspectos como las entrevistas clínicas, exploración física, profesionalismo, juicio clínico, comunicación y organización y eficiencia.

Finalmente, la evaluación de 360 grados recoge la información de diferentes colectivos sanitarios y, frecuentemente, incluye la autoevaluación. En este caso, las competencias que quedarán en evidencia son: Trabajo en equipo; comunicación y relación interpersonal; calidad de gestión de recursos; profesionalismo; y asesoramiento y educación de pacientes y familiares.

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