Sexto de Medicina: aprobado en competencias clínicas, suspenso en redacción

Diario Médico , 15 de julio de 2017 Una encuesta sobre la primera ECOE de grado que hizo la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández revela las...

Diario Médico , 15 de julio de 2017

Una encuesta sobre la primera ECOE de grado que hizo la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández revela las carencias y dificultades de la mayoría de los alumnos en la redacción de informes e interconsultas.

116 personas repartidas en 5 grupos de 23 participantes; un circuito de 20 estaciones, con un tiempo máximo de 9 minutos por estación, más otros 2 minutos de descanso entre estaciones. Tiempo total de la prueba por participante: 4 horas y 30 minutos.

No es una gymkana, ni una exigente prueba deportiva, sino el resumen en cifras de la primera Evaluación Clínica Objetiva y Estructurada (ECOE) que hizo la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández (UMH), de Elche (Alicante), a sus alumnos de sexto. La ECOE se celebró en junio de 2016 (coincidiendo con la primera promoción de graduados en Medicina de la facultad), pero los coordinadores de la prueba (Antonio Compañ, decano de la facultad, y los profesores José Manuel Ramos y Francisco José Sánchez Ferrer) han hecho públicos ahora los resultados de una encuesta de percepción realizada entre los participantes en la ECOE, a la que han respondido el 48,3 por ciento de los 116 estudiantes.

A pesar de las reticencias iniciales de los alumnos de la UMH sobre la prueba, que Sánchez Ferrer achaca sobre todo al «desconocimiento de una evaluación que realizábamos por primera vez», la organización del examen recibió una nota de 8,96 (sobre 10), y los participantes otorgaron un notable alto (7,91) a su experiencia global. La primera conclusión de la encuesta es pues que el aparente rechazo inicial, fruto del desconocimiento al que se refiere Sánchez Ferrer, «se transformó en una amplísima aceptación de la ECOE«.

La segunda conclusión no es tan halagüeña, y tiene que ver con la falta de destreza de los alumnos en una de las competencias evaluadas en las 20 estaciones en que se dividía la prueba: la redacción de informes médicos.

«Fue una absoluta e inesperada sorpresa para nosotros la falta de entrenamiento que mostraron la mayoría de los alumnos en la redacción de informes, elaboración de recetas y/o las interconsultas, elementos clave de la práctica clínica, a los que, vistos los resultados, se presta poca atención en las facultades».

De hecho, a la pregunta ¿qué estación le ha parecido más difícil?, el 66,1 por ciento de los encuestados respondieron que la elaboración de informes, a enorme distancia del 16,1 por ciento que citó el examen oral estructurado, o el 10,7 por ciento que se decantó por la estación con un paciente simulado, que plantea un caso clínico concreto al alumno.

Implicación

Sánchez Ferrer, responsable directo de tabular e interpretar los datos del sondeo, admite que «la habilidad a la hora de redactar informes se logra con la práctica, y ésta se adquiere durante la residencia, donde el MIR se ve obligado a redactar mucho; en cualquier caso, sería muy conveniente implicar mucho más a los alumnos de Medicina en la elaboración de informes e interconsultas durante sus prácticas hospitalarias».

Precisamente, la mayor implicación de los alumnos en las prácticas clínicas obligatorias es uno de los «beneficiosos efectos inmediatos» que Sánchez Ferrer le ve a la ECOE. «Este junio la hemos hecho por segunda vez y hemos visto que la perspectiva de enfrentarse a una prueba donde se evalúan habilidades y competencias hace que los alumnos de 3º, 4º y 5º se tomen más en serio sus prácticas en el hospital. De hecho, si alguna virtud tiene la ECOE es que al docente le permite identificar claramente al alumno que ha ido aprobando exámenes a lo largo de la carrera, sin involucrarse en las prácticas. Afortunadamente, estos alumnos son una minoría».

La Conferencia Nacional de Decanos de las Facultades de Medicina consensuó en su día una serie de criterios comunes para desarrollar las ECOE de final de grado: 20 estaciones, de entre 8 y 10 minutos cada una, que abordan de 12 a 20 casos clínicos individuales. El planteamiento del caso se puede hacer con simuladores y/o maniquíes, pacientes o familiares previamente entrenados (a los que se les entrega un guión) o simulaciones por ordenador.

Aunque la incorporación de esta prueba a los planes de estudio no era estrictamente obligatoria, todas las facultades la han implantado por propia iniciativa, para acreditar que el grado de Medicina se corresponde con el nivel de máster según el Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior (Meces).

Al margen de los criterios mínimos fijados por la Conferencia de Decanos, Sánchez Ferrer dice que su implantación y desarrollo «han sido muy dispares según la facultad, y sería interesante, por ejemplo, la elaboración de casotecas, que servirían para unificar los criterios evaluadores».

De 5.000 a 7.000 euros

Con respecto al coste de la prueba, Sánchez Ferrer, lo cifra entre 5.000 y 7.000 euros, «dependiendo de los alumnos. Lo que más repercute en los gastos es la organización y, sobre todo, la contratación y entrenamiento de los pacientes simulados«. El aumento exponencial de estos costes hace muy difícil, según él, que una prueba de estas características se plantee a nivel nacional, como una alternativa, por ejemplo, al examen MIR.

Lo que sí ve «factible y deseable» este profesor de la UMH es que se generalizasen en todas las especialidades, «porque son idóneas para determinar si el MIR ha adquirido durante la residencia las competencias básicas de su especialidad, a imagen de las certificaciones que se emiten al final de la residencia en otros países».

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