Déficit de profesores o cómo enseñar Medicina sin médicos en el aula

Diario Médico, 8 de enero de 2018 Antes de 2026 se jubilarán el 55 por ciento de los docentes clínicos vinculados de las facultades públicas de Medicina. Los decanos...

Diario Médico, 8 de enero de 2018

Antes de 2026 se jubilarán el 55 por ciento de los docentes clínicos vinculados de las facultades públicas de Medicina. Los decanos alertan de que la tasa de reposición y los nuevos criterios de la Aneca obstaculizan el necesario relevo.

La señal de alarma que la Conferencia Nacional de Decanos de las Facultades de Medicina encendió hace años sobre el déficit de profesores se ha convertido casi en un desesperado grito de auxilio en su último informe: La evolución previsible en el número de profesores permanentes de 2017 a 2026.

Las cifras de este estudio, elaborado con datos de 30 de las 32 facultades públicas (en las privadas no existe profesorado permanente), hablan por sí solas: en los próximos 9 años se jubilará el 43 por ciento del profesorado permanente (catedráticos, profesores titulares y contratados doctor) de las facultades públicas de Medicina; es decir, lo quePablo Lara, coordinador del informe y vicepresidente de la Conferencia de Decanos, define como «la columna vertebral sobre la que pivota la docencia». Esta jubilación afectará al 32 por ciento de los docentes que imparten las llamadas asignaturas básicas de la carrera, pero se elevará hasta el 47,9 por ciento en el caso de los profesores de las asignaturas clínicas, y se tornará dramática (un 55 por ciento de jubilaciones) para los docentes clínicos vinculados, es decir, los que tienen un doble contrato: con la facultad y con un centro sanitario. O dicho de otra forma, los médicos que compaginan el aula con el ejercicio asistencial diario.

  • Lara denuncia que hay asignaturas, sobre todo clínicas, que ya no tienen ningún profesor permanente en muchas facultades

«Los vinculados son un elemento capital de la docencia, porque son la representación de las instituciones sanitarias en la Universidad, el hilo que une a ambas. Sexto de Medicina es ya un rotatorio puro de los alumnos por los hospitales, y resulta una paradoja que cuanto mayor es la presencia de los estudiantes de grado en el hospital, menor es la representación que tienen en el aula los médicos en ejercicio», alerta Lara.

Si se desciende al detalle, hay asignaturas clínicas como Urología que en ese periodo de 9 años perderá nada menos que a 13 de los 18 profesores (vinculados y no vinculados) que la imparten en las 30 facultades que han aportado datos al estudio; Anatomía Patológica perderá al 58,9 por ciento de sus docentes clínicos actuales, Ginecología a un 56,8 por ciento, y las asignaturas de Parasitología y Pediatría verán cómo se jubilan exactamente la mitad de sus profesores clínicos actuales.

«La situación es tan grave -dice el vicepresidente de la Conferencia de Decanos- que ya existen algunas áreas de conocimiento, sobre todo entre las clínicas, que no tienen ningún profesor permanente en muchas facultades, y puede empeorar mucho con las jubilaciones previstas hasta 2026″.

  • Asignaturas clínicas como Urología perderán antes de 2016 a 13 de sus 18 profesores permanentes totales

El informe de los decanos habla sólo de las jubilaciones previstas y parte de esos docentes serán, obviamente, reemplazados por nuevas incorporaciones, pero el vicepresidente de la Conferencia afirma que hay dos barreras de entrada a la carrera docente que impiden que el relevo se produzca al mismo ritmo que las jubilaciones: la tasa de reposición y los nuevos criterios fijados por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (Aneca).

La reposición de efectivos en Educación (igual que en Sanidad) es actualmente del cien por cien, de forma que docente que se jubila es sustituido por una nueva incorporación, pero Lara argumenta que las restricciones previas (entre 2010 y 2015 la tasa era del 10 por ciento, en 2015 pasó al 50 por ciento, y en 2016 se fijó en el cien por cien actual) y el «déficit heredado» (según datos de la propia Aneca, el profesorado permanente se ha reducido en un valor medio superior al 20 por ciento en los últimos diez años) obligaría a «suprimir cualquier restricción a la contratación de profesores, porque, si nos limitamos a sustituir a los que se jubilen a partir de ahora, arrastraremos y cronificaremos ese déficit heredado».

Criterios draconianos

Con respecto a los nuevos criterios de acreditación fijados por la Aneca para acceder a una plaza docente, el vicepresidente de los decanos recuerda que, en el caso de Medicina, «son de muy difícil cumplimiento para un profesor de las áreas clínicas, ya que priorizan de manera exagerada la actividad investigadora, en detrimento de los méritos docentes o asistenciales, y no facilitan, por tanto, una evaluación global e integral de los méritos del candidato, como se pretendía, en teoría, al establecer nuevos criterios de acreditación».

Y no es que los anteriores beneficiaran mucho a los aspirantes a enseñar Medicina. El informe de los decanos recurre de nuevo a datos oficiales de la Aneca para recordar que entre 2008 y 2016 la rama de Ciencias de la Salud tuvo la tasa más baja de informes favorables de acreditación para una plaza de profesor titular (53 por ciento, 12 puntos por debajo de la media), y que los candidatos que se presentaron tenían la edad media más alta de todas las ramas (53 años los hombres y 48 las mujeres, frente a 44,7 y 44,5, respectivamente), «lo que evidencia que las dificultades para acreditarse ya eran muy altas con los antiguos criterios», concluye Lara.

Mucho volumen y poca dedicación

El déficit de profesores permanentes de Medicina que augura el estudio de los decanos para la próxima década es aún más grave si analizamos la situación de partida. Según el último informe de la Aneca sobre la Evaluación de la Calidad en las Universidades Españolas 2016, los porcentajes de catedráticos de Ciencias de la Salud (7 por ciento), profesores titulares (17 por ciento) y contratados doctor (5 por ciento) son ínfimos en comparación con las figuras de profesor asociado y asociado de Ciencias de la Salud, que suponen ya un 63 por ciento de la plantilla docente en esta rama. Sin desdeñar el papel de ambas figuras, Pablo Lara, vicepresidente de los decanos, recuerda que «su implicación en la organización docente es menor por su propia situación: están contratados a tiempo parcial, con otro trabajo principal y una dedicación media de 90 horas de docencia anuales».

 

 

 

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