16º Encuentro Anual sobre Educación Médica – Sedem pide concretar los objetivos docentes del hospital universitario

Diario Médico, 4 de julio de 2016 Felipe Rodríguez de Castro, presidente de la Sociedad Española de Educación Médica (Sedem), reclama que para mejorar la figura del hospital universitario...

Diario Médico, 4 de julio de 2016

Felipe Rodríguez de Castro, presidente de la Sociedad Española de Educación Médica (Sedem), reclama que para mejorar la figura del hospital universitario se haga hincapié tanto en los requisitos asistenciales como en los docentes.

En la legislación sobre la acreditación de los hospitales universitarios, «los requisitos asistenciales están muy claros, pero en cambio los docentes e investigadores están difuminados«, ha señalado Felipe Rodríguez de Castro, presidente de la Sociedad Española de Educación Médica (Sedem), en la conferencia inaugural del 16º Encuentro Anual de Educación Médica, organizado por la cátedra de Educación Médica de la Fundación Lilly-Universidad Complutense de Madrid y celebrado hoy en El Escorial. Por ejemplo, haría falta definir un mínimo de profesionales vinculados con la universidad y también de publicaciones en revistas científicas.

La reunión, enfocada en la enseñanza de la Medicina en el entorno clínico, se ha iniciado con una revisión sobre la evolución de la figura del hospital docente. Rodríguez ha señalado que en los años 70 en España se produjeron dos fenómenos: la red sanitaria se modernizó, pero también se abrieron varias facultades de Medicina que no estaban vinculadas a ningún hospital. «Las prácticas de los estudiantes dependían de la buena voluntad de los profesionales; no había una relación institucionalizada como tal».

Para hacer frente a esta desvinculación, se desarrolló toda la legislación sobre los conciertos entre centros sanitarios y la Universidad, incluidos los requisitos de los hospitales docentes. Rodríguez ha defendido que el decreto de 1987 no es una mala base, pero ha apuntado que existen deficiencias en su implantación. Por ejemplo, según él, hay una falta generalizada de comisiones de seguimiento en las que participen las organizaciones sanitarias y educativas y también es necesario concretar una política de profesorado «menos rígida», que mantenga un equilibrio entre la docencia y la asistencia.

El presidente de la Sedem opina que en la norma que rige la figura del hospital universitario «hay detalles muy cuidados en lo que debe cumplir en el aspecto asistencial, pero estos requisitos no se traducen directamente en un carácter de excelencia docente«. En cambio, en los relacionados directamente con la enseñanza, la norma «es imprecisa: se habla del número de médicos necesario en el centro, pero no se menciona el de profesores funcionarios; también se menciona la necesidad de espacios docentes, pero no de analizar su capacidad».

Rodríguez de Castro ha expuesto algunos criterios que convendría implantar para mejorar la calidad de estos centros, algunos de los cuales, como la necesidad de someterse a una auditoría periódica o de cumplir unos mínimos de actividad investigadora, son reivindicadores compartidas por los decanos de Medicina.

Por ejemplo, hasta un 20 por ciento de la plantilla debería ser «profesores funcionarios vinculados a la universidad», aunque también ha matizado que «todos los profesionales, aunque no sean profesores, deben estar implicados en la docencia de grado, al igual que con la formación MIR». Para conseguirlo, cree que «se debería reconocer ese trabajo a la hora de consolidar una plaza y, sobre todo, que se tenga en cuenta como mérito para poder acceder a la carrera académica«.

Además, el presidente de Sedem ha afirmado que en las planificación global de los hospitales universitarios, «no deberían contemplarse sólo objetivos asistenciales, sino también docentes e investigadores», que según él, cuando se tienen en cuenta, es de forma testimonial.

Por ejemplo, «hay estudios que indican que un hospital universitario puede costar hasta un 45 por ciento más que otros«, pero critica que esto no se refleja en los presupuestos: «Debe llegarse a un consenso para establecer un presupuesto específico para las actividades docentes e investigadoras». También los servicios debería realizar anualmente un informe sobre «su capacidad formativa real: un excesivo número de estudiantes perjudica a la docencia y a la asistencia, y también a la intimidad de los pacientes».

Rodríguez de Castro cree que «con unos requisitos claros en todos los ámbitos, podremos hacer unas auditorías semejantes a las de los centros vinculados en la formación especializada».

Asimismo, ha señalado que también sería conveniente reflexionar sobre las competencias que deben adquirir los alumnos de Medicina y la eficacia real de estancia de los estudiantes en el hospital: «Van ejercer en un entorno en el que la esperanza de vida ronda los 90 ó 100 años y sus pacientes van a ser crónicos. La mayoría de las decisiones terapéuticas sobre esos enfermos no se toman en estos centros», sino en la atención primaria.

 

Innovación para mejorar la enseñanza

Los expertos reunidos en El Escorial también han debatido sobre el papel de las innovaciones tecnológicas en el grado. Por ejemplo, Juan Antonio Juanes, profesor de Anatomía de la Universidad de Salamanca, ha defendido el desarrollo de entornos virtuales o el uso de la realidad aumentada en los atlas anatómicos como una forma de estimular el aprendizaje y facilitar, por ejemplo, que las salas de los hospitales no estén saturadas de estudiantes.

Fernando Caballero ha hablado de las ventajas de la simulación clínica como un método que refuerza el aprendizaje progresivo y estandarizado sin arriesgar el bienestar del paciente. Como inconvenientes, ha citado la posibilidad de perder variabilidad clínica, al proponer escenarios estandarizados, y que la simulación exige más recursos que una clase magistral y organizar un tiempo individualizado para el alumno.

Jordi Palés, director de la Fundación Educación Médica y de las Ciencias de la Salud, ha señalado la necesidad de integrar mejor en el currículum del grado las asignaturas básicas y clínicas con actividades y un programa conjuntos que promuevan una enseñanza integral. Frente a las posibles reticencias de los jefes de los departamentos, ha apuntado que una posible solución sería la creación de un departamento específico sobre Educación Médica, «pero deben ser un servicio al resto de profesores, no como un sistema para controlarles».

 

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