El CEEM ve muy dispar la implantación de Bolonia en el grado

Diario Médico, 25 de julio de 2016 Alertan de una «preocupante heterogeneidad» El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) alerta de la heterogénea aplicación del plan Bolonia en...

Diario Médico, 25 de julio de 2016

Alertan de una «preocupante heterogeneidad»

El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) alerta de la heterogénea aplicación del plan Bolonia en las 41 facultades de Medicina de nuestro país, como conclusión de las V Jornadas Formativas que este órgano estudiantil celebró en la sede de la Organización Médica Colegial.

La plena implantación del plan Bolonia en la Universidad española da a las nuevas generaciones de estudiantes de Medicina la perspectiva suficiente para analizar el efecto que esas directrices han tenido en el grado, y la conclusión, de momento, no parece muy halagüeña: la aplicación y efectos de Bolonia en las 41 facultades de Medicina es tan heterogénea como dispares son las disponibilidades de los centros e, incluso, la naturaleza de cada profesor. Ésta es la principal conclusión del intenso debate que se desarrolló la semana pasada en las V Jornadas Formativas que el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) celebró en la sede madrileña de la Organización Médica Colegial.

Las dudas que suscita la implantación de Bolonia en el órgano que agrupa a estudiantes de toda España fueron resumidas en la pregunta que Alejandro Callizo, vicepresidente de Asuntos de Formación del CEEM, dejó en el aire: «¿Es cierto que hemos pasado del modelo formativo tradicional, muy paternalista, basado en clases magistrales y en el control de la asistencia, a otro que prima el trabajo autónomo del estudiante y fomenta el autoaprendizaje?». La desigual respuesta que dio a esa pregunta un público formado por alumnos de facultades de toda España evidencian la «preocupante heterogeneidad» de la que habló Marina García, presidenta electa del CEEM.

Mientras el propio Callizo celebraba la metodología de una facultad como la de Gerona, «donde el docente es más un facilitador de información que una fuente tradicional de conocimientos, y es el propio alumno el que diseña su itinerario, asesorado, claro, por tutorías y evaluaciones periódicas», estudiantes de otras facultades se quejaban de la primacía del método tradicional, y pedían que el trabajo autónomo del alumno tenga más peso en el expediente final. «Si al estudio tradicional, hay que sumar el tiempo que dedicas al trabajo de investigación y autoaprendizaje, pero éste no está suficientemente ponderado, Bolonia no sirve de nada», se quejó el vicepresidente del CEEM.

Callizo también puso sobre la mesa el «preocupante panorama» que está dejando en la enseñanza española de grado lo que él calificó de «silenciosa burbuja» generada por la proliferación de facultades. «En los últimos ocho años las facultades de Medicina han crecido más de un 46 por ciento, y las autonomías siguen reclamando más y más. La Aneca dice que no puede hacer nada y los dos ministerios que, en teoría, son responsables de esta situación, Sanidad y Educación, no parece que hablen entre ellos».

Futura relación laboral
Consciente de que el mensaje laboral que los sindicatos médicos llevan años lanzando no es el más idóneo para entusiasmar a un foro de futuros especialistas, Sheila Justo, vocal de Médicos Jóvenes y en Precario del sindicato Amyts, instó a los estudiantes a tomar conciencia de que van a formar parte de «un colectivo social y profesional muy fuerte, que, pese a las malas condiciones puntuales, tiene una elevada cualificación, buena predisposición al reciclaje formativo y es proclive a la movilidad geográfica para mejorar sus condiciones».

La vocal de Amyts aprovechó para recordar a los futuros residentes que su relación con la Administración en la etapa MIR «es una relación laboral y, como tal, trufada de deberes y derechos», y les animó a recurrir a los comités de empresa de sus hospitales «para canalizar bien esa relación».

«Preocupante» falta de unidad

Desde la perspectiva de una especialista veterana, Ángela Hernández, vocal de Hospitales de Amyts, admitió la «preocupante falta de unidad» del colectivo y animó a los jóvenes a unirse «más allá de categorías y condiciones laborales, porque nos tenemos que implicar en favor del sistema». Esa falta de unidad se traduce en unos datos de afiliación que calificó de «poco brillantes», y que, en el caso de Amyts, suman apenas a 3.000 de los 42.000 médicos colegiados en Madrid.

 

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